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Entrevista con Eduardo Baviera

Queremos dar nuestro más sinceros agradecimientos a Eduardo Baviera por compartir con nosotros sus experiencias de ser disléxico en este entrevista. Eduardo es un ejemplo de como la dislexia sí presenta dificultades pero que se pueden superar con mucho esfuerzo, apoyo  humor y, tal como dice Eduardo, aceptación: «Realmente la superas cuando la aceptas.»

Eduardo Baviera nació en Valencia hace 51 años y es padre de 4 hijos. Estudio ciencias económicas y es máster en asesoría fiscal por el Instituto de Empresa, donde fue profesor de análisis de balances durante 3 años.

Junto con su hermano, Julio, fundó “Clínica Baviera” que en la actualidad cuenta con más de 80 clínicas de oftalmología presente en 3 países (España, Alemania e Italia). Participa en el desarrollo de otras empresas y es autor de 2 libros (“Ideas que Funcionan” y “Lo que aprendí en mis clases de yoga”)

A los 10 años le dijeron que era disléxico.

¿Que tipo de limitaciones tenías debido a tu dislexia?

Tenía dificultades de lectura y escritura, así como mala orientación.

También tenía dificultad para distinguir entre la derecha y la izquierda (hasta que no tuve 20 años no podía diferenciar).

Además soy zurdo y durante unos veranos mi abuelo me ayudo a ser diestro (antes se intentaba) pero no fue posible. Al poco tiempo un psicólogo nos dijo que eso era contraproducente.

La falta de coordinación y orientación junto con los pies planos hacía que de pequeño no se me dieran bien los deportes.

Aprender otros idiomas (en mi caso el ingles) también te cuesta más que al resto de personas

¿Cuándo fuiste consciente que eras disléxico?

Fue con 10 años cuando mis padres me llevaron a un gabinete de psicología, me hicieron unas pruebas y nos dijeron que era bastante disléxico. Fue un momento que no olvidare, esa palabra nunca la había oído antes pero conseguía explicar muchas cosas que me pasaban y me hacia la vida más difícil que a los demás. También me dijeron que mi grado de “zurdera” era muy elevado y que no intentara ser diestro porque me provocaría mayor confusión. Estuve yendo durante un tiempo a hacer ejercicios para mejorar.

Aprendí a leer, pero no conseguía leer en público y entender lo que estaba leyendo al mismo tiempo. Le dije al profesor que si quería que entendiera lo que estaba leyendo me dejara hacerlo a mi aire, y él no me entendía. Dependiendo del tipo de texto leo deprisa o rápido y suelo saltar de párrafo o leo dos veces el mismo párrafo. También suelo necesitar una pausa para asimilar y pensar sobre lo que estoy leyendo. Leo despacio.

Recuerdo que un día iba por la calle paseando con mi padre y le dije: Papa, que nombre mas raro el de ese Banco; “Banco Español de Cerdito”. Y le entró una carcajada… y me dijo que no!, que es “Crédito” y no “Cerdito”.

Mi padre se lo tomaba a broma, me decía: “ya está aquí el disléxico”, y por un lado me molestaba, pero por otro me tranquilizaba porque yo pensaba que si él no le daba excesiva importancia no sería muy grave. Un día después de ayudarme a hacer los deberes me dijo: hijo no te preocupes demasiado, se te dan muy bien las matemáticas y te ganas a la gente y eso es mucho más útil para la vida que saber distinguir entre la “b” y la “v”. Mi padre explicaba muy bien las cosas.

 

¿Influyo en tu infancia y juventud la dislexia?

Todo nos influye de alguna manera, me di cuenta de que para conseguir ciertas cosas tenía que practicar mucho más. Aprendí a tolerar la frustración y aceptar ciertas limitaciones. Y creo que todo ello me ayudo a mejorar ciertos rasgos de mi carácter (observador, autodidacta, metódico y optimista). Aprecias los logros mucho más que los demás porque te cuestan más.

La dislexia te hace desarrollar más la imaginación dado que al no llevar el ritmo de los demás exploras los caminos a tu aire. Tu velocidad es diferente, muchas veces más lento pero otras en cambio encuentras atajos y vuelas.

Aprendes muchos trucos para progresar. Uno de ellos es la anticipación y la preparación. Recuerdo que cuando era joven fui bastante bueno al Squash (por fin destacaba en algo). Años antes entrene mucho al tenis y al frontón pero era “flojete”. Pero de pronto me di cuenta que esos entrenamientos de raqueta me sirvieron para un deporte que desde el principio se me daba bien (el squash). Y empecé a practicar todos los días. Algunos días iba yo solo a entrenar y perfeccionar cada golpe milimétricamente. Cada vez me salían mejor los golpes y eso hacia que cuando estaba jugando la mente la tenía más despejada y las decisiones eran mejores. Intentaba situarme siempre en el cetro de la pista y mis rivales tenían que correr más. Y cuando te falta oxigeno no piensas bien y no tomas buenas decisiones (eso también lo aprendí practicando yoga, otra de mis pasiones). También se me daba bien el ajedrez en el que la anticipación y dominio del centro también es clave. Todos tenemos habilidades para ciertas cosas, es cuestión de buscar, encontrar y practicar.

La dislexia te provoca cierta timidez porque cuando tienes que leer en público lo pasas fatal y a veces tratas de huir que siempre es un error.

 

¿Puedes contarnos algunas anécdotas?

Tengo muchas. Me acuerdo que cuando era pequeño tenía ir los sábados al colegio a clases de recuperación, sobre todo para reforzar la asignatura de “Lengua”, mi bestia negra. Le dije a mi profesor que quien invento la diferencia entre la “v” y la “b” era una mala persona. Muchos otros conceptos que para mí eran inútiles (sujeto, predicado, objeto directo…etc). Fueron tiempo de confusión.

Pensaba que los libros y yo no éramos buenas compañía. Me jactaba con mi hermano que con 16 años nunca había leído, trataba de ser rebelde. Pero curiosamente con el paso de los años de forma natural me empezó a gustar la lectura y en la actualidad es un gran hobbieque tengo y me encanta escribir, he escrito dos libros.

Todas estas dificultades hacían que fuera mas prevenido y trataba de anticiparme. Recuerdo que cuando fui a estudiar un Master que era muy exigente me compre varios libros y los estudie antes de empezar, eso me ayudo mucho.

También me costo sacar el carnet de conducir porque aunque conducía muy bien me costaba diferenciar entre la derecha y la izquierda y claro cuando el examinador me decía “gire a la derecha” fallaba. Lo saque a la tercera. Un truco que utilizaba es llevar algún distintivo en la ropa o en el cuerpo que me ayudara a distinguir izquierda/derecha.

Cuando empecé mis clases de yoga le dije a mi profesor que tenía ciertas dificultades de orientación y que me costaría algo más que a los demás. Y mi sorpresa fue que me dijo que en el yoga nunca se compara con otros, cada cual tiene su camino, pensé que ese planteamiento habría sido muy bueno para la etapa escolar. ¿Por qué todos tenemos que aprender al mismo ritmo?

Otro momento revelador es cuando vi película “Forrest Gump”, nunca lo olvidare. Como recordareis es la historia de una persona que tiene dificultades en el colegio, pero a base de perseverar consigue muchos logros. Me ayudó mucho a reforzar mi autoestima y ser mas valiente ante la vida.

¿Como la superaste?

Nunca se supera totalmente pero con el paso de los años las dificultades son menos molestas porque aprendes a usar trucos y adaptarte. El periodo más difícil es cuando tienes que aprender a leer y a escribir. Además, los correctores ortográficos te ayudan mucho a disimular tu dificultad.

Realmente la superas cuando la aceptas.

¿Crees que la dislexia influye en el destino de la persona?

La dislexia tiene algunas ventajas porque como tiendes a simplificar las cosas para entenderlas, poco a poco adquieres esa habilidad y gracias a ello comunicas y conectas mejor con las personas.

Leí que los disléxicos tenemos un pensamiento lateral que consististe en imaginar y buscar caminos de aprendizaje alternativos y creativos, normalmente soluciones mas sencillas y rápidas.

Además te ayuda a fortalecer la voluntad sobre todo en los primeros años en los que todo te cuesta un poco mas. Steve Jobs (que era disléxico) dijo que mas que un problema era una ventaja, quizás exagero un poco.

Que consejos daría a los padres que tiene hijos con dislexia?

Pues que hicieran como mi Padre, que en lugar de dramatizar se lo tomen como algo gracioso y de poca importancia. Que ser diferente no es ser peor y que es cuestión de paciencia porque  cada uno tenemos nuestro ritmo. Con la dislexia el tiempo siempre juega a favor.

Lo bueno es que hoy en día en muchos sistemas educativos ya se tiene en cuenta y no te penalizan si comentes faltas de ortografía.

Les diría que hablaran abiertamente con sus hijos y le contaran que personas disléxicas tiene vidas normales y maravillosas. Muchas personas destacadas también tuvieron dislexia ( entre otros, Jonh Kenedy, Agatha Cristie, Thomas Edison y Winston Churchil)

Pero sobre todo les recomendaría ver la película “Forrest Gump”.

 

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