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Un Curriculum Impresionante

¡UN CURRICULUM IMPRESIONANTE!
Es lo primero que se nos viene a la mente cuando conocemos a Antonio Palacios, Disléxico (nos vais a permitir la licencia de incluirlo como la primera de sus virtudes), Doctor en Ciencias Biológicas, Máster en Viticultura y Enología, Técnico Enólogo, Profesor Asociado en la Universidad de la Rioja, autor de numerosos artículos, ponencias y conferencias tanto en España como en el extranjero.

En esta emocionante entrevista, Antonio nos cuenta de forma muy clara cómo ha conseguido llegar a lo más alto en su profesión siempre de la mano de su dislexia. Con él aprendemos que ¡si queremos, se puede! Nada nos está vetado por el hecho de nacer con dislexia, es sin duda un magnífico ejemplo de vida.

Para todos aquellos que viven con la dislexia, y para sus familias, es importante saber que no están solos, que los sueños se pueden conseguir, que aunque el camino sea duro, se puede pasar por encima de las dificultades y llegar a la meta. Con Antonio podemos aprender que nada nos está vedado, que podemos llegar donde queramos y no sólo llegar… ¡Podemos triunfar!!!

Gracias Antonio, por tu sinceridad, por querer compartirlo con nosotros, por demostrarnos que cueste lo que cueste lo podemos y lo vamos a lograr.

Antonio Palacios

¿Cuándo y cómo te diste cuenta que tenías dislexia?
Fue un proceso lento y muy difuso en mi memoria. Tardé mucho tiempo en conocer mi realidad. Mis padres no estaban al corriente de ese tipo de problemas y nunca sospecharon de ello. En realidad me di cuenta yo mismo de mis propias dificultades en el aprendizaje y después un psicopedagogo me lo confirmó cuando algunos de mis profesores aconsejaron ser examinado, había asignaturas como la lengua en la que no tenía el rendimiento adecuado. Empecé a sospechar que algo pasaba cuando el profesor de lengua o el de inglés nos hacía leer el voz alta para toda la clase. La gente lo hacía fenomenal y a una velocidad de vértigo, yo no podía hacerlo así de rápido y ni siquiera entonaba bien. Tenía bastante dificultad para llevar con el tono apropiado y agrupar las palabras y las frases correctamente. Lo habitual era que el profesor rápidamente saltara de mi turno a otros alumnos para no desentonar el ritmo de la clase, era un poco frustrante, me hacía sentir un tanto inútil y fuera de lugar. En las clases de gimnasia y en la práctica de deporte de equipos siempre fui un poco torpe, pero esto ya no sé si era solo por la dislexia, creo que no….

¿Cómo fue tu experiencia en el colegio? ¿Cuáles fueron las dificultades y/o ventajas debidas a la dislexia?
Lo más evidente para mí fue cuando me di cuenta de la confusión continuada que tenía pronunciando palabras y frases, siempre mezclando palabras, silabas y letras, diciendo de repente y de forma espontánea cosas ridículas que descubría que lo eran por las carcajadas de los demás. Esto para mí fue un problema de integración serio cuando ya tenía unos 10 años. Los niños pensaban que era un ser extraño y además un poco tonto. Creo que mi timidez viene fundamentalmente de este hecho.

Pienso que por lo menos antes, en mi época, todos los disléxicos veíamos en nosotros mismos claras dificultad para escribir y copiar letras, números y símbolos en el orden correcto. El no hacerlo de forma correcta nos condicionaba las notas y nos costaban sonoros suspensos cuando creíamos que lo habíamos hecho bien o incluso muy bien. Esto supone duros golpes para la autoestima, porque si uno piensa que lo ha hecho muy bien poniendo toda la carne en el asador y después de grandes esfuerzos y resulta que aun así suspendes, ¿Qué más se puede hacer?

Una gran frustración que me ha durado toda la vida es la dificultad que tenía para asociar los sonidos con las letras y las letras con los sonidos. Adoro la música, tengo un “oído” privilegiado y espectacular y se diferenciar lo bueno de lo malo en pocos segundos de iniciada la partitura y eso desde pequeño, pero jamás fui capaz de cantar o tocar un instrumento de forma medianamente aceptable. Imposible, ni siquiera un tambor, lo que me ha marcado de por vida. Ahora soy feliz disfrutando más que nadie de la música buena sin tener que sufrir la mala, al menos se distinguirlas, lo que mucha gente no es capaz de hacer. Tengo equipos de música de mucha potencia y calidad en casa y para las fiestas soy un DJ muy demandado a nivel de familia y de amigos.

En mi época escolar no fue capaz de encontrar ventajas por ser disléxico, le verdad y siendo sincero y objetivo.

¿Y estas dificultades y ventajas seguían en la universidad?
Si, nada importante cambió, pero con la gran ventaja de que yo ya sabía que era disléxico y conocía las trampas en las que podía caer, así que prestaba especial atención en cada situación de riesgo. En esta fase, descubrí nuevas dificultades, la expresión oral y sobre todo en público. Tenía pánico a hablar en público delante de desconocidos, ya me ponía muy nervioso hacerlo, así que con compañeros de clase y profesores, era un mal trago que aborrecía y cada vez que iba a ocurrir, me quería hacer pequeñito y desaparecer. Recuerdo en mis primeras experiencias quedarme completamente bloqueado porque la palabra que estaba buscando había desaparecido por completo de mi cerebro, ya no existía y no podía seguir hablando. Era como caer en una agujero negro inesperado que arruinada todo lo demás. Siempre que podía evitaba los exámenes orales.

Eres biólogo. ¿Por qué elegiste esta carrera? La bióloga americana y ganadora del premio Nobel, Carol Greider, atribuye su éxito a la dislexia. ¿Crees que la dislexia te ha ayudado en tu vida laboral?
Pienso que sí, y seguramente mucho más de lo que yo creía o podía esperar. Con la dislexia se aprende que el éxito no viene solo, ni llama a tu puerta para quedarse a vivir contigo, ni es gratis ni resultado de la suerte. El disléxico sabe que si quiere alcanzar las mismas metas que otros, debe trabajar mucho, esforzarse y repetir cien veces lo que otros con diez es suficiente. Con la dislexia se aprende a ser constante, perseverante e infatigable, un corredor de fondo. Una vez que te das cuenta que esta es la fórmula para aprobar los exámenes, te sirve para todo en la vida y el trabajo es una continuidad de ello. Si te esfuerzas y perseveras en el trabajo, lo tienes fácil para que salgan bien las cosas en todos los ámbitos de tu vida, incluso en lo personal. Ya no es tan fácil que algo negativo te hunda. Aprendes a caer y levantarte una y otra vez, las veces que haga falta. Es muy útil esta actitud voluntariosa aprendida desde la dificultad.

Respecto a la biología, creo que por descarte. Tenía claro que matemático no podía ser, químico difícilmente, escritor famoso con las faltas de ortografía que cometía no lo veía. Me gustaba la Ciencia en general y la Biología tiene asignaturas abstractas y de observación donde me veía como un lince nocturno, donde algunos no lo veían claro, yo era el Rey. Era una carrera donde me sentía cómodo y muy capaz y eso es importante para no venirse abajo. Yo no fui un gran estudiante nunca, al menos eso es lo que refleja mi rendimiento histórico en las notas del Colegio, del Instituto y de la Universidad. Así que al menos necesitaba confiar en que navegando despacito, podría llegar a buen puerto, aunque no fuese el primero en hacerlo y con la orquesta esperándome para recibirme.

Tienes 5 niños. ¿Alguno de ellos tiene dislexia? ¿Conoces a algún posible antecedente que podría haber tenido dislexia?
Si, al menos dos de ellos de forma más marcada. Pero ya lo saben y toman sus medidas preventivas. Respecto a antecedentes familiares, no, no los conozco la verdad. Mi madre fue profesora infantil y mi padre abogado. Mis hermanos tampoco.

¿Ves diferencias entre el sistema educativo de cuando estudiaste y el sistema de ahora? ¿Hay diferencias positivas con respecto a la dislexia?
Muchas. Hoy hay mayor sensibilidad por parte de los docentes y esto es muy bueno y positivo. Además, el sistema es muy diferente. Hoy te evalúan no solo por lo que escribes en un examen, sino por técnicas de observación general donde tu vales no solo por lo que eres capaz de plasmar en un papel, sino también por tu capacidad de contribuir al trabajo en equipo, ganas, esfuerzo, actitud y aptitud (mejor pongo las dos palabritas y así no fallo, jejeje). Es importante, muy importante, lo más importante que, cuando eres niño, nadie se ría de ti en clase. Eso te marca de por vida, te hace mantener tu boca cerrada y preferir estar aislado en tu refugio, la soledad donde nadie te humilla.

Por otra parte, la tecnología actual, los auto correctores de texto, los teléfono móviles con calculadoras e internet inmediato, transcriptores de voz a texto, todo te ayuda donde tu más fallas y ya no es tan crítico confundir uves con bes o jotas con ges. Todo es mucho más amigable con los disléxicos, es una suerte.

¿Cómo has podido compensar la dislexia? ¿Tuviste ayuda? ¿Había una persona en especial?
Con esfuerzo personal. La verdad es que no tuve ayuda directa por la dislexia. Antes si te decían que eras disléxico era como decirte que eras feo y punto, que le ibas a hacer…. no te quedaba más remedio y tirabas con ello para adelante como uno más. Si es cierto que mi hermana era consciente de mis dificultades en clase y me ayudaba mucho con los deberes. Eso no lo olvidaré en la vida y me siento muy agradecido, sin ella no sé si hubiese podido superar ciertas dificultades en el colegio. Es muy importante en edades tempranas tener ayuda en casa, si no es de un familiar, al menos de algún profesor de refuerzo. En esto mejor no escatimar ni esfuerzos ni dinero.

Das muchas ponencias y has publicado muchos artículos. A la hora de escribir o impartir una conferencia ¿la dislexia es presente?
Poco a poco vas creando tus trucos. Yo ahora cuando tengo que escribir o hablar en público y cuando voy a llegara un punto donde sé que voy a encontrarme una piedra, me paro, me freno, sin miedo ni pudor ni vergüenza. Me quedo aparentemente congelado pero muy activo y en segundos busco alternativas o saco del baúl esas reglas onomatopéyicas que he ido coleccionando a lo largo de mi viday me sacan del apuro una y otra vez. Por ejemplo: “tuvo del verbo tener sin be larga y tubo de tubería muy muy larga con be muy muy larga”. Tengo cientos de ellas coleccionadas y me funcionan muy bien, aunque siempre hay vías muertas donde el tren ya no puede seguir. Observo a la gente y cuando eso me pasa sé que sufren, se quedan esperando u es entonces cuando digo que soy disléxico y que disculpen por ello, entonces todos nos relajamos y es mucho mejor. Aprender a presumir de la dislexia es un arte y se lo aconsejo a cualquier disléxico. Noto entonces como cuando no me ha quedado más remedio que admitirlo, la gente a partir de ese momento está más atento y disfruta mucho más de lo que les cuento, lo valoran mucho más y a veces hasta me aplauden cuando yo sé que he estado mediocre. Me encanta después cuando alguien se acerca y me dice: yo también soy disléxico, me ha encantado tu charla.  Los ojos se me empañan entonces…

¿Su vida personal se ha visto afectado por la dislexia?
Si claro. De niño me hizo sufrir y provocó falta de autoestima. De adolescente me costó el auto aislamiento y algunas malas notas, de joven ya no me importaba tanto, llegó incluso a serme indiferente, pero perdí la esperanza para cantar o tocar algún instrumento, lo que si me afectó siendo un completo melómano. Cuando empecé a trabajar me di cuenta que para mí, la dislexia ya no era un problema, ningún problema, al contrario. Creo que aprendí a disfrutar de ella. Hay virtudes que de repente te das cuenta que tienes y que además destacas ampliamente sobre los demás. No sé si en realidad viene de la dislexia o no, pero yo pienso sí tiene algo que ver. La capacidad de orientación por ejemplo. Quien me conoce sabe que cuando yo digo que se va por ahí es que se va por ahí. Sin darme cuenta, de repente soy elguía, confían en mi y saben que soy una gran explorador para estos casos. La tridimensionalidad es otra de mis virtudes, puedo dibujar en 3D muy rápidamente objetos con volumen fáciles de reconocer. Esta facilidad de proyectar en relieve sobre el papel o la pizarra me ha valido de mucho para las clases en la universidad y para explicar cosas a mis clientes dentro de mi actividad comercial. Otro aspecto un poco más etéreo, es que tengo una gran capacidad de análisis para averiguar la personalidad de la gente. Es como la música, escucho los primero acordes y ya sé de qué pieza se trata. Con las personas me pasa algo parecido, con pocas palabras o gestos ya imagino de que pie cojean. Esto me ha ayudado muchísimo en las relaciones personales. Hay quien me dijo que el disléxico se mueve como pez en el agua en situaciones dinámicas de cambio y creo que esta es la base de mi facilidad en el diagnóstico acerca de las personas.

¿Tienes algún consejo para las personas con dislexia o para los padres de niños con dislexia?
Si, principalmente uno para ellos. No hay miedo, no hay temor, no hay nada de qué avergonzarse ni nada por lo que sentirnos superiores o inferiores, simplemente saber que somos diferentes. Deben acostumbrarse a crear reglas y trucos para salvar los inconvenientes y  disfrutar de las oportunidades que nos da el ser tan originales con las letras y los números, nadie los baila mejor que nosotros. Para los padres, que lejos de sentirse frustrados por las dificultades de sus hijos, traten de hacerles ver que son problemas fácilmente superables y que con el esfuerzo y el tesón, se compensa con creces. Para ellos, la paciencia debe ser la mejor respuesta ante la dislexia. Necesitamos que nos hagan saber que no somos inferiores ante los demás, simplemente que en ocasiones nos valoran donde no somos unos genios, pero que todo llegará y que incluso disfrutaremos de ser como somos ¡Eso que nadie lo dude!

Nos encantará conocer otras experiencias de vida con la dislexia, anímate a contárnoslas mandando un correo a 

Entrevista realizada por Sharon Wade y Jeannette Cid

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