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CARTAS ROJAS

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Durante esta semana de la dislexia, publicaremos una serie de cartas rojas para dar a conocer las preocupaciones y luchas de las familias que viven con la dislexia. Desde la antigüedad, las letras rojas han sido utilizados para indicar fechas o eventos importantes.

Empezamos la semana con una ‘carta’ de un padre de un niño con dislexia, una de muchas que hemos recibido tras preguntar a nuestros socios:  Si pudieras decir algo directamente al Ministro de Educación, ¿qué sería? 

Que ningún niño tenga que SUFRIR más por este sistema educativo que tenemos, donde desde el primer momento se prima a los niños que son capaces de aprender solos y a buen ritmo según marca el libro de TEXTO, y se deja de lado a todos los niños que aprenden de OTRA MANERA, a los que en la mayoría de los casos se les estigmatiza con el tú no vales para nada, no vas a ser nada en la vida, en lugar de motivarles y ayudarles a que lo consigan. Y esto muchas veces desde los tres añitos.

Que los maestros sean MAESTROS, con mayúsculas una profesión que forma y moldea, que se los formen para que puedan ver más allá de los trazos en un cuaderno y sean capaces de entender a los niños y ver cómo aprenden para poder enseñarles adecuadamente.

Que en los institutos sean PROFESORES por encima de filólogos, matemáticos, físicos, historiadores,… Que tengan claro que su profesión es ENSEÑAR, y no corregir, que es a lo que se reduce nuestro sistema educativo, a recordarnos nuestros fallos continuamente, sin enseñarnos cómo poder corregirlos.

Ser disléxico, como dice nuestro nuevo Princesa de Asturias de las letras, nos permite ver la vida desde una velocidad más lenta que los demás, y esto hace que podamos apreciar y recrearnos en los detalles, los matices, y seamos capaces de captar lo que los demás no pueden. Es una pena que nuestro sistema educativo no ponga más medios en cuidar a los disléxicos, somos un valor en alza, porque que seamos más lentos no quiere decir que lleguemos más tarde, sino todo lo contrario llegamos y lo hacemos con seguridad, y muchas veces sabemos encontrar ese atajo que los demás no son capaces de ver y que nos hace llegar los primeros. NECESITAMOS QUE NOS DEN UNA OPORTUNIDAD.

 

¿Qué le dirías tú?

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